lunes, 6 de enero de 2014

Mayayo-del Pozo a la Aguja Negra. Galayos. (I)



Desde que me senté a escribir esto, ha pasado un poco de tiempo. Solamente siete meses. Aquí están las impresiones y las vivencias de aquel fin de semana en los magníficos Galayos.






 Principios de Junio.

Aquel fin de semana posiblemente fuera el último, bueno; no sé.

El caso es que quedamos Félix, Laura y el que escribe (como puede) para ir a Galayos. Con muchas ganas y motivación, salimos el Viernes por la tarde.





Llegas a la cabra pronto, mola porque preparas el macuto y vas sin prisa. Después de llenarlo sin querer darme cuenta de la cantidad de cosas que llevamos, subimos.

Arriba increiblemente hay mucha gente. Se nota el ambientillo. Según llego lo primero que me sorprende es la cantidad de personas que hay, luego que entre la Murma y la Underground hay algo blanco raro. Resulta que una chica va a hacer "Danza Vertical" y tiene puesto un trapo blanco para que no la rocen las cuerdas en un filo. Interesante.

Saludamos a nuestros amigos de Levante (Juanjo Alberto) junto con Tato que vienen a degustar las excelentes vías de Galayos. En el caso de Juanjo es su primera vez y ha flipado. Volverás majete, volverás...

Hay que buscar hueco, porque parece que la noche va a ser fría y quizás ventosa. Cenamos y nos instalamos.

Esperamos a Gustavo y a Pedro, dos amigos de hace tiempo que han quedado con nosotros arriba. Ellos escalarán mañana en el Torreón; llevarán a Laura en su primera vez en Galayos. Una curiosa casualidad es que yo me estrenara con Gustavo y Félix en Galayos concretamente en el Torreón. Laura tendrá esa misma suerte. La chica, un poco incauta no sabe lo que es el Torreón hasta que lo ve desde el refugio. ¡Qué forma más auténtica de subir!


Nos vamos a los sacos, intercambiamos impresiones parafraseamos sobre la escalada... lo de siempre. Alguno ronca más de la cuenta y eso sumado al fresco nos hace pasar una noche un poco íncomoda. Ni silbando al "Roncón de Quevedo" para. Voy a subirme yo también tapones.


Amanece y ninguno queremos salir del saco. Hasta que no de un poco el sol yo me niego. ¿Qué ocurre? Hasta las 10 no nos ponemos en marcha a nuestra vía. Que si un café, que si dame una galleta, que si toma dos... no acabamos. Ahora voy "a ver al señor roca" dice uno por ahí...

Laura para el Torreón a darle a la Lucas, nosotros a la Aguja Negra. Joder, como impone. Ya remoloneamos  Félix y yo. Pero bueno un poco de empeño y cabezonería.

Comienzo de la vía sobre la piedra empotrada.



Llegas a la canal, con la Oeste ahí plantada más vertical que nada. Y no se ve el comienzo. Porque no hay un miserable croquis en condiciones. Te marca un techo triangular con dos entradas. Yo no lo veo claro pero Félix si. Y digo, pues sube tú que a mí me da la risa(y bastante miedo). Y efectivamente era por ahí.



Félix hace el paso por la izquierda asegurado a un mal puente de roca


Hay que situarse justo encima de un gran bloque atascado en la canal, y con unos pasos un poco expuestos por la izquierda y difíciles, Félix se mete. Más tarde subo por la derecha, menos difícil y con posibilidad de asegurar con empotradores muy pequeños. Pero no hay emplazamientos muy fiables.


Clavos demasiado antiguos



Un clavo que salta a la vista



 Dos clavos de armella te saludan, y marcan el comienzo de la vía. Una travesia ascendente bajo un techo a derechas te pone en la vertical de una fisura con muchos clavos (y menos mal) hay un paso difícil de cojones. Llegas a una reunión que hace años estaba limpia, pero ahora hay dos spit. Los vamos a usar, porque primero: somos unos cagones y segundo: están ahí.



Recuperando el primer largo


Largo graduado de V+/A1 vas a flipar para calentar.



Me toca, subo por una fisurita con un par de clavos coquetos, voy ascendiendo a por un diedro. Tengo en mente buscar el famoso buril. El único en toda la vía. Un clavo roto no me gusta, sigo el camino lógico. Hay que leer mucho la roca. Piensa que llevas unas cletas. Ya veo el buril. Un paso tontorrón pero fácil me lleva a él y salgo con otros pasitos a una pequeña repisa. Veo una armella, me estiro y chapo. Otro paso no difícil pero algo desconcertante me lleva a la famosa "repisa de las golondrinas". Un gran clavo con armella atestigua la excelente reunión que se monta con fisureros. Largazo espectacular y bonito.



Salida de la primera reunión.


Félix a mitad del segundo largo


Cómoda y segura, así es la segunda reunión.


Se ve una fisura de dedos de aspecto intimidante, pero si te fijas verás que por fuera hay canto. Unas gradas con bloques y alguna piedra suelta te llevan a una pequeña repisa y reunión con dos clavos muy bonitos.



Ya puedes ver el techo que marca A1 con un clavo bien visible. Pues me voy corriendo, que se nos hace tarde. (Pensábamos que la vía era corta)



En uno de los pasos más bonitos de la vía


Los graznidos de un murciélago en la fisura me asustan aún más de lo que ya voy. Clavos en buen estado y Aliens que introduzco en un largo difícil de leer. Se me va un pie, al loro. Que no, que es coña.



Golondrinas revoloteando


 Le comento a mi compañero: ¡Menos mal que voy protegiendo! Si no, no subo en libre ni de coña. Atentos al largo.



Salimos con mucho ambiente, y veo brillar un spit M-10 con chapa bicromatada moderna. Abajo hay una repisa verde, pero donde está el spit tengo otra repisa inclinada y apuro unos metros más. Creo que aquí coincide con la "Directa Barriobajeros"

Cuarta reunión.




Se puede reforzar muy bien con empotradores la reu.Cuidado con el bloque de arriba, está suelto. No lo tocamos porque había mucha gente por la canal deambulando. Si no, no dudes en tirarlo.


Desde esa reunión veo a Laura, Pedro y Gustavo a lomos de la cumbre del Torreón. Les gritamos y saludamos. Nos sacan alguna foto interesante. Y nosotros a ellos. Así da gusto.


Pedro saludando



En el siguiente largo, el croquis te recomienda salir a la izquierda por un espolón con agarres. Se ve sucio pero lo justo, una pitonisa marca el camino. Mi compañero prefiere subir por el diedro fisurado de la derecha. Muy bonito pero hay que empotrarse y ver los reposos.






Este diedro desemboca en una repisa y por delante una chimenea que no es tal pues hay agarres por doquier. Seguimos ascendiendo a izquierdas y en una cómoda repisa ante nosotros se descubre aquel famoso largo de séptimo superior ( VII ) que Manolo Martinez "Musgaño" amigo y compañero de Félix en sus años mozos; intento liberar y casi lo consigue. Lo ves y da miedo. Desploma y hay clavos pero tienes que meter empotradores. Famoso dicho: donde entra hierro no entra carne. Vas mal. Lo intento pero me supera y ya voy con la pila floja. Acero como un condenado y protejo el primer paso. Bajo a intentarlo pero nada. Voy acerando sin temor colgado de clavos y pitones. Se intercala algún Alien. Llegas a una repisa cuadrada donde tienes una sensación de verticalidad fuera de lo común.

El largo más difícil

Recuperando el largo




De vez en cuando escuchamos aplausos, que no entendemos. Más tarde nos cuentan que la "Danza vertical" ha sido por la tarde y la gente aplaudía un espectáculo muy entretenido.


Otra cordada progresa por la Mayayo en su famoso largo




Esa repisa es conocida como "El nido" tienes que hacer un cambio de diedro y llegar a un techo con fisura. Dos clavos te indican que vas bien. Reunión en una amplia repisa y con un parabolt con Argolla (el único de toda la vía y un clavo de "V")



Ya parece que queda menos. Pero no.

Ante nosotros aparece un largo más, vertical, de fisura que recorre el filo izquierda de la Aguja Negra. La reseña antigua lo marca de Vº y A1. Félix saca sus propias conclusiones. Es un largo que se puede escaquear por la Oeste clásica pero como dice Félix "somos del mismo Bilbao" nos lo complicamos. Hay clavos pero es tan vertical y mantenido que requiere mucho esfuerzo, ya no queda casi pila. Estamos cansados.


Justo la fisura que hay delante de Félix.


Tardamos más de la cuenta, pero al final salimos por arriba. Nos queda el largo destrepe. Desde donde me asegura el compañero hago una trepada a la propia cumbre. Ahí nos bebemos el agua ya. Vemos a unos rapelar, pero antes toca otro rápel desde dos spit o un destrepe un poco peligroso. Destrepamos y vamos directos al segundo rápel, este ya si que sacamos la cuerda. Son casi 30 metros hasta la brecha a subir un poco para dar a la canal. Unos que van por delante no saben bajar. Les indicamos el camino, porque se bajaban por el espaldar teniendo que ir al vivac de la Mª Luisa. Menuda vuelta.

Destrepe con cuidado o rápel.


Rápel montado de dos parabolts M-12



Yo estoy muy contento y satisfecho con la ascensión a la vía. Me ha gustado mucho aunque hemos tenido que darlo todo. Bajamos cansados.


En el refugio nos espera Laura, sus compañeros ya han bajado. Cenamos con hambre y nos buscamos un hueco para dormir. En el refu hacemos la reseña de la vía y ya no podemos con nuestro cansancio. Tenemos una súper Luna que nos ilumina mucho. Es un regalo para los ojos disfrutar de aquello ahí arriba. Galayos para siempre. Las imágenes se graban en la retina y disfrutamos tres amigos de un cielo mágico.

Croquis de la cabecera del post, sin pasar por ordenador

Súper Luna




Vuelta a los ronquidos, pero esta vez amenizados por las guitarras de los músicos y el Bongo de David, el guarda. Como guarda del refugio es excelente, como percusionista... no voy a hacer comentarios jajaja

Son las 12 y siguen dale que te pego al guitarreo. Así me alivian de los ronquidos. Mañana queremos algo suave. ¡A la piltra!


Continuará....