jueves, 19 de mayo de 2011

Viaje por las edades de los anclajes de escalada




Desde el comienzo de la escalada a nuestros días, hemos tenido una evolución constante de los materiales. Una pieza clave en esa evolución, aunque a algunos les cueste admitirlo, han sido y son los anclajes de expansión.

Desde los primitivos buriles a los magníficos anclajes químicos ha existido un proceso en el cual muchas personas se han visto involucradas. Hay veces que dejamos en un lejano segundo plano a esas personas y sus investigaciones, que han dado tanto a nuestra forma de vivir: la escalada.


Buril de los años 60 arrancado en un reequipamiento en Pedriza.

Proezas alpinisticas y escalatorias a parte; esos seres humanos que se han esforzado y en la mayoría de los casos se han dejado parte de sus neuronas y manos en éstas tareas tan ingratas, equipar/abrir vías se viene diciendo.

Los comienzos

Al principio el seguro que se colocaba en último caso al no poder meter clavos o tacos de madera era el buril. Desde la década de los 50 se empezaron a colocar en los compactos muros donde no había otra opción. Tornillos embutidos a presión en orificios de un diámetro, a veces uno o dos milímetros más pequeños que penetraban en la roca escasos centímetros. El conocido "Golo" Francés empieza a utilizarse en las zonas de escalada ibéricas.


Buril castizo de la pedriza, de argolla con chapa doblada.

Existen mucho tipos de buriles, desde un simple tornillo colocado en la pared, al más sofisticado remache con chapa casera. Muchos escaladores tenían fama de la fiabilidad de sus seguros cómo es el caso de Daniel Guirles, J.R. Pascual y Gabriel Martín.


Rápel de Daniel Guirles




Otro rápel instalado por Daniel, en Cancho Gordo en Villarejo Norte (Gredos) concretamente colocado después de abrir su vía "Señor Assas"


Chapas caseras de Gabriel Martín de acero inoxidable y aluminio.

A estos buriles se les colocaba una chapa recuperable conocidas como las "abrebotellas" por la palanca que generaban en el tornillo al colgarse de las mismas. O simplemente una pequeña driza con un nudo de corbata y listo. Era un lujo que el remache o buril tuviera chapa. Debido a las dificultades monetarias del escalador para conseguirlas, o su habilidad para fabricarselas.


Chapa recuperable y buriles

El sucesor del buril fue un pequeño taco ideado en Francia en 1961 de acero cementado que venía de la espeleología, se utilizaba con una punta dentada que hacía a la vez de broca, introducido unos tres centímetros y que en rocas duras ofrecía una resistencia fiable (aunque con poca vida útil) El taco de 12 milímetros para un tornillo de ocho, comenzó a utilizarse. En la Pedriza posiblemente el primero en colocar spits fuese Luis.M Guiñales en la vía "Parálisis permanente".
El problema del spit era su baja carga en rocas blandas: la caliza, en zonas de este tipo de roca como Patones y el Vellón los mismos escaladores rogaban no caer en los pasos si no, destrepar a la chapa más cercana para no traccionar del poco fiable spit.


Spit de M-8 colocado en un mandril o burilador



Chapas Kaukas, Tri-Roc y Faders



Primeras chapas como la Kaukas, Tak, Tri-roc, Faders, Calma y Peztl en el orden de aparición, llenaron las escuelas y vías de escalada desde 1970 a 1990 acompañadas de los famosos spits.


Chapa Tak




Evolución de las chapas: de izquierda a derecha chapa Fixe inox, Calma con tornillo Allen, Tak y Faders.




Distintos tipos de chapas para spits y parabolts



Chapa Fixe y parabolt Hilty (M-10) y Long Life de Petzl (M-12)


Cáncamo Hilty con parabolt M-10


Chapa de Rafa Fanega con spit M-8 colocado a mano en una expuesta placa.


Los escaladores se dan cuenta de que con este tipo de seguro no se podía seguir escalando con un margen de seguridad.


Gran expansion de M-16 e interior de M-12 una bomba de Gabi Martín.



Uno de los personajes que no podemos olvidar en este mundillo de los equipamientos es Tino Núñez; quien investiga, estudia y se esfuerza en encontrar soluciones. Gracias a él y el diseño que hizo para Calma, tenemos la chapa Calma pensada para desplomes y techos. Los primeros químicos colocados en España junto con Pep Masip y el inagotable esfuerzo que supone equipar centenares de vías con los medios rudimentarios. Un dato curioso es que Tino, ya por los años ochenta pasó de los spits de 10 milímetros directamente a los sellamientos químicos obviando los parabolts (que se empezaban a utilizar en Cataluña) y dando ese importante salto en lo que es hoy el máximo exponente de los anclajes de escalada. Gracias al dominio del Francés de Tino conseguía comprender lo que es la biblia del equipamiento mundial: el famoso libro del C.O.S.I.R.O.C.
Datos que otros escaladores de la época no conocían o simplemente ni se interesaban.


Químicos Jom y Fixe

Gracias a sus conocimientos y esfuerzo, la comunidad escaladora tenemos unos datos fiables y seguros, amén de un buen número de vías equipadas correctísimamente repartidas en el mundo, sobre todo España. Algo que agradecer sin duda.

Hoy en día con los conocimientos ya adquiridos (vuelvo a recalcar) ya investigados y estudiados por otros, podemos nosotros mismos, con un poco de mimo y paciencia equipar o abrir nuestras propias vías. Sobre todo con cabeza y respetando el trabajo ya existente.


Parabolt M-8, Buril extraible, Parabolt M-12 y parabolt M-10 con chapa inox

Al fin y al cabo escalar es respetar.

Agadecimientos a Tino por sus conocimientos y que me deje urgarle por los baules buscando material

4 comentarios:

  1. Jolines que datos tan interesantes.. Ya podrian contar esto por las revistas "especializadas"
    Gracias por la info

    Nacho

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  2. Ten cuidao Javi, que lo mismo lo lee una de Manzanares El Real que llamó al 112 esta semana, para que le ayudaran a recuperar una cuerda perdida en Patones (verídico). ¿Será novia de alguno de los robachapas?

    Tino

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  3. No creo yo que tengan interés en estos temas... Muy triste es, pero bueno. Vamonos a escalar ya.

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  4. Gran articulo, me ha gustado mucho...hay que saber de donde venimos para saber donde vamos...

    Alberto D.

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Los sabios hablan porque tienen algo que decir. Los tontos hablan porque tienen que decir algo.